Por qué la Revolución Maker la liderarán los técnico-profesionales

Dic 30, 2014
Tomas Norambuena

Ángel Morales, Ingeniero Comercial de la Universidad de Santiago de Chile y co-fundador de Puentek

El avance de la tecnología abre nuevas oportunidades para quienes optan por una carrera técnica y desafía al país a formar capital humano que permita a Chile “exportar menos rocas y más bits”. Sin embargo, la calidad de la educación actual nos aleja de ese objetivo. Ángel Morales, co-fundador de Puentek, analiza la necesidad de promover las capacidades de los llamados “makers”.

El concepto Homo Faber, locución latina acuñada por Appius Claudius Caecus (340 a. C.-273 a. C.) significa «el hombre que hace o fabrica». Hoy este término ha sido reemplazado por el de Maker, que se refiere a las personas del siglo XXI que han logrado mezclar su habilidad técnico-mecánica con la capacidad de idear. En otras palabras, son capaces de diseñar soluciones bajo ciertas restricciones.

Hace un par de años el académico e investigador Vivek Wadhwa publicó un artículo en The Washington Post titulado “¿Por qué el próximo Mark Zuckerberg puede venir de Brasil?”(1). Ahí pronosticó que en los próximos 30 años los emprendedores vendrán de barrios populares de países como China, India, Brasil o Chile. Wadhwa propuso esta idea basado en la capacidad de estas naciones para crear ecosistemas locales de innovación, y el talento que muestran  sus emprendedores a la hora de solucionar problemas con pocos recursos.

Jeremy Rifkin, economista y asesor de autoridades como la canciller alemana, Angela Merkel o del Primer Ministro italiano, Matteo Renzi, sostiene que de aquí a 2050 “el capitalismo sobrevivirá en la medida en que aprenda a convivir con la economía colaborativa. ¡Estamos viviendo la tercera Revolución Industrial!”(2). Es la era en que la producción a gran escala abre paso a la producción a baja escala realizada por individuos en sus casas, con sus propios recursos. Esto es posible gracias a que alta tecnología está disponible hoy a bajo costo como lo describió la revista The Economist(3) el 2012 en su artículo “La Tercera Revolución Industrial”.

La Fundación Educación 2020, por ejemplo, lanzó recientemente una campaña llamada “Educación Técnica Ahora”(4) con la que intentan dar relevancia a la educación Técnico Profesional como un engranaje vital para un país en vías de desarrollo como el nuestro. Según describe el sitio web de esta campaña “una de las principales vías para la equidad salarial en nuestro país pasa por la formación técnica de calidad. En Chile cerca del 45% de los estudiantes de enseñanza media asisten a liceos técnico-profesionales”. Este escenario representa una oportunidad considerando que el mundo converge hacia  la democratización en el acceso a los factores de producción. El problema es que aún la calidad de la educación sigue siendo muy precaria.

Teniendo esta realidad en mente, junto a dos amigos, fundamos PUENTEK Chile(5), empresa social con la que buscamos entrenar y formar a jóvenes estudiantes de carreras técnico profesionales en herramientas y metodologías propias de la innovación. La idea es exponerlos al conocimiento y al uso de tecnologías de código abierto.

El futuro es de los “Makers”, de aquellos jóvenes que sepan resolver problemas con sus manos y muchas veces con pocos recursos. El futuro es de quienes tengan hambre de construir un país donde el desarrollo no sea medido solo por los ingresos de corto plazo sino que por la prosperidad de su gente. El desafío que tenemos por delante como país es que en los próximos 30 años necesitaremos acelerar la formación de capital humano para dar el salto hacia el desarrollo, para exportar menos rocas y más bits.

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(1) Fuente: www.washingtonpost.com

(2) Fuente: www.finanzas.com

(3) Fuente: www.economist.com

(4) Fuente: www.educaciontecnicaahora.cl

(5) Fuente: www.puentek.cl